En el mercado de las calderas de gas no sólo encontramos un gran número de marcas sino que también existen muchos tipos distintos de calderas: atmosféricas, de condensación, etc. Si tu caldera tiene ya un cierto tiempo, es posible que sea de tipo atmosférico.
Desde hace años, tanto los fabricantes como la propia Administración Pública, vienen recomendando a los usuarios la sustitución de las calderas atmosféricas por otras más seguras y eficientes. Es más, desde 2010 se prohíbe la instalación de las mismas en viviendas.
Efectivamente este tipo de calderas son poco eficientes ya que para obtener el mismo nivel de calor o de agua caliente sanitaria que con una caldera más moderna, consumen mucho más. Además resultan mucho más perjudiciales para el medio ambiente ya que el nivel de contaminación emitido por éstas es superior al de otras calderas.
Pero si hay un motivo que de verdad debe decidirnos a cambiar definitivamente una caldera de este tipo, es la seguridad de nuestro hogar y de nuestra familia. Estas calderas absorben el aire de la estancia en que están instaladas y expulsan los gases resultantes del proceso de combustión mediante una chimenea habilitada a tal efecto. El problema es que los defectos de combustión o en el tiro de la chimenea pueden ocasionar casos de intoxicación.
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